NÚMERO 28 | Octubre 2023

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Ilustran este número de la Revista Digital Psicoanálisis Ayer y Hoy: CROQUISEROS URBANOS

En el año 2013 con motivo del festejo de los 50 años de la AEAPG los Croquiseros Urbanos fueron invitados a visitar la Asociación y su entorno, dejando plasmada su mirada en sus croquis, los que luego formaron parte de la muestra “La AEAPG en perspectiva”

Ilustran el presente número de la revista algunas de las producciones realizadas en esta visita a “nuestra casa”.

¿Quiénes son los Croquiseros urbanos de Buenos Aires?

Es un colectivo que se inició el 13 de noviembre de 2010 a partir de la iniciativa del arquitecto y artista plástico Roberto Frangella, quien convocó a un grupo de amigos y colegas a homenajear, con sus pinceles y marcadores, al maestro Benito Quinquela Martín, en su querido barrio de La Boca.

Este grupo inicial de quince personas fue creciendo y, en la actualidad, cumplida la salida Nº148, los encuentros mensuales han llegado a reunir a más de cien croquiseros.

Son en su mayoría arquitectos, pero también artistas plásticos, fotógrafos, escritores y dibujantes aficionados, entre otros. Con carbonillas, lápices, acuarelas, papeles, tijeras y marcadores, los croquiseros urbanos son capaces de traducir en una imagen su visión desautomatizada de la ciudad, su percepción poética, más atenta a los detalles.

Dice el “Manifiesto Croquisero”:

“La propuesta consiste en salir a reconocer y registrar desde el entendimiento, pasando por el sentimiento y poniendo en acción la mano para dibujar la ciudad donde habitamos. Lo hacemos de una forma analítica, crítica y sensible, registramos así el hábitat en que vivimos en sus valores y sus características esenciales. Salimos a recoger datos que se refieren a lo construido, a los espacios abiertos, a los medios de comunicación, y no solo a la envolvente física de nuestro entorno sino también a sus protagonistas, los habitantes en sus trabajos, en sus esparcimientos, en sus ocupaciones varias, es decir una radiografía social completa y compleja. Nos ocupamos de una Buenos Aires desconocida, oculta en sus rincones alejados. Conocemos así las riquezas y las necesidades de nuestra ciudad promoviendo una toma de conciencia acerca de las múltiples y complejas situaciones que la conforman”.

El mismo colectivo promovió la formación de grupos croquiseros en otras ciudades del país: Rosario, La Plata, Paraná, Tucumán, San Juan, Santa Fe, Tandil, Salto, Bariloche, Concepción del Uruguay, Colon, Córdoba, Ushuaia y Colonia y Montevideo (Ururguay), Asunción (Paraguay) y Madrid (España).  Con todos ellos mantienen un activo contacto a través de los blogs y realizando periódicamente salidas y actividades conjuntas, incluso simultáneas, dentro y fuera del país (Montevideo, Colonia, Santiago de Chile, Valparaíso y La Habana).

“Con el material recolectado hacemos intercambio con otras ciudades del país, de Latinoamérica y del mundo. La comparación de vivencias nos enriquece a todos. Este movimiento genera conocimiento, reflexión y buena onda entre todos los que lo integramos y los que quieran incorporarse en el futuro.”

Croquiseros tiene un grupo organizador integrado por seis personas que reúne las inquietudes y propuestas de los integrantes. Los encuentros son mensuales. El grupo se reúne en un lugar prefijado y luego se dispersa buscando su lugar para dibujar; cada uno solo en la intimidad de su hacer, pero a la vez acompañado por la cercanía de los otros, Se cierra la salida mostrando los trabajos realizados y conversando sobre lo producido. Se intercambian técnicas, risas y experiencias. Esto se refleja en el crecimiento de las posibilidades expresivas de cada uno.

Croquiseros Urbanos recibió una mención por su participación en la Bienal de Arquitectura 2013. En el año 2015 fue declarado de interés cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires según Declaración 318/2015 y en el 2022 recibió el diploma al mérito de la Fundación Konex por su trayectoria de los últimos diez años en el rubro Colectivos Artísticos

Agradecemos a los arquitectos croquiseros Elena Costa, Diego Escarrá, Roberto Frangella, Oscar Hernández, Lucía Herrero, Cristina Monmany y Alejandro Perez por autorizarnos a publicar sus trabajos y a la Licenciada croquisera Nora Cassinelli, ex coordinadora de la Comisión de Cultura por su colaboración en esta gestión.

Celebramos los 60 años de nuestra Institución con imágenes de la Asociación y su entorno realizadas por los croquiseros en su visita hace 10 años.

AEAPG 50 años - Diego Escarrá - Marcador y acuarela El bar de la esquina, otra terapia - Roberto Frangella - Acuarela El bar de la otra esquina, refugio de terapistas - Roberto Frangella - Acuarela Elena Costa - Marcador Lucía Herrero - Lápiz color Lucía Herrero - Lápiz color Señor Beatles - Cristina Monmani - Lápiz carbonilla y pastel tiza

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La Escuela en fotos

Recorremos la escuela y sus espacios, junto con las personas queridas que la habitan.

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Devenires en la Institución Psicoanalítica – Los 60 años de la AEAPG | Mónica Favelukes

Compartimos las reflexiones de la Dra. Mónica Favelukes, Presidenta de la Institución, con motivo de los 60 años de la Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados.

“Lo colectivo es una dimensión de lo personal,

Así como el pasado es una dimensión de lo presente.”

Javier Cercas

No es fácil ser psicoanalista en estas épocas, y no es fácil sostener una institución psicoanalítica tampoco. Es un tiempo especial para reflexionar sobre las instituciones y la nuestra, la AEAPG en especial.  ¡Son más de 130 años de psicoanálisis, 60 años desde la fundación de la Escuela, y el final de mis 4 años como presidenta de la misma!

Me interesa retomar la propuesta de ser capaces de leer los signos de la época e interpretarlos. Ha habido inmensas transformaciones, en el mundo, en el país, en el campo del psicoanálisis y por ende en la institución. Para pensar a las Instituciones Psicoanalíticas y a la nuestra en particular, retomo fragmentos de una presentación que hicimos con el Equipo Comunidad en 2014:

Una institución es una cosa (el establecimiento) y es una praxis (lo que allí hacen los que la forman); o sea que es un espacio inacabado en permanente gestación, atravesado por fuerzas que escapan a sus límites físicos.

Gregorio Baremblitt dice que “las Instituciones son árboles de decisión… prescripciones, prohibiciones, opciones indiferentes, que guian la vida social… Para tener vigencia, las instituciones tienen que materializarse, en dispositivos concretos que son las organizaciones”

Castoriadis plantea que en la institución social se da un proceso dialéctico en que se oponen lo instituido y lo instituyente. Lo instituido es el orden establecido, los valores y las formas de organización consideradas “normales”. Lo instituyente, como un par complementario, es el cuestionamiento, la capacidad de innovación; aparece como la ruptura de lo habitual, las fracturas, las contradicciones. Todas las instituciones se mueven, por el interjuego de lo instituido y lo instituyente, que están en tensión permanente. No hay una institución que funcione en un puro instituido o instituyente.

LA HISTORIA INSTITUCIONAL 

Las instituciones nacen y devienen. Hay versiones diferentes de relatos sobre la historia, que contienen el origen de la institución, los fundadores, las etapas por las que pasó, los sucesos que dejaron una marca. Los autores son todos los actores institucionales, que como narradores dejan testimonio. Los mitos son articuladores narrativos en el ámbito institucional. Entre otros, uno es el mito de origen, que le da un sentido a su existencia. Arma héroes, reales o imaginarios. Kaes dice que esa “ilusión institucional” es necesaria para que exista la “función instituyente”.  

La identidad institucional funciona a partir de la identificación de los miembros con sus antecesores, a quienes hay que parecerse; dicha identificación puede funcionar como una identificación al Yo Ideal o al Ideal del Yo. Los fundadores han dejado un modelo y mandatos para resguardarlo y asegurar su continuidad. Se da entonces una paradoja: hay un modelo que debe mantenerse / y en paralelo, hay que cambiar para seguir desarrollándose. Tradición y Cambio. Proyectos nuevos y resistencia contra ellos.

LA NOVELA FAMILIAR DE LA AEAPG

Al irse consolidando el movimiento psicoanalítico, la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA) fue fundada como custodio del “verdadero” psicoanálisis. Las filiales que se crearon sucesivamente se sostuvieron entonces sobre la permanencia de las consignas iniciales.

En nuestro país, antes de la creación de las carreras de Psicología en la Universidad pública, la psicoterapia era un dominio profesional de la medicina, según la Ley Carrillo de 1954. La formación en psicoanálisis se hacía exclusivamente en la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). En 1957, apenas 6 años antes de la fundación de la Escuela, se comenzó a dictar en la Universidad de Buenos Aires (UBA) la carrera de psicología. Los docentes eran mayoritariamente miembros de la APA; la formación de los psicólogos en el posgrado era en grupos de estudio, ya que el ingreso a la APA les estaba vedado.

Un grupo de analistas de la APA, liderados por el Dr. Arnaldo Rascovsky, decidió convertir sus grupos de estudio y crear una carrera de posgrado de 3 años. El objetivo era enseñar psicoanálisis a psicólogos y a otros   profesionales interesados en el mismo, que no podían o no querían realizar la formación “oficial”. En septiembre de 1963, 60 años atrás, nació la Escuela de Psicoterapia para Graduados, la Escuela, con una modalidad de formación por fuera de los reglamentos de la IPA, pero sosteniendo que el trípode analítico (análisis, formación teórica y supervisión) era válido más allá del formato institucional que tomara. Por muchos motivos, entonces, el nombre Escuela de Psicoterapia para Graduados, fue la opción posible para eludir la prohibición de la ley y de la IPA.

Esta posición permitió el ingreso de analistas de diferentes marcos teóricos, y contribuyó, según lo pienso, al clima abierto y pluralista que sigue siendo nuestra marca.

Si pensamos en las “edades” de la institución, hemos crecido desde el comienzo como proyecto de cambio soñado por los fundadores, en un movimiento instituyente que rompió con el modelo “oficial” de formación en psicoanálisis. Hemos pasado por una época en que el mito decía que un profesional hacía su primera etapa de formación en la “escuela” para después entrar en alguna de las instituciones de la IPA. Hemos ido saliendo de la endogamia, a través de la participación en FLAPPSIP, en el Foro De Instituciones De Salud Mental, creando el Centro Rascovsky, ofreciendo recursos en salud mental a los que los demanden. A partir del convenio con la Universidad Nacional de La Matanza UNLaM, se creó la Maestría en Psicoanálisis y la Especialización en Psicoanálisis con Orientación Clínica en Adultos en 2001. Cada uno de esos movimientos, implicó una tensión entre lo instituido y lo nuevo, y permitió un crecimiento no previsto. ¡Ese es el modelo que nos mantiene con vitalidad!

La variedad de propuestas de desarrollo en la AEAPG fue generando una voluntad de pertenencia y una producción científica y académica, transformándose de una institución de paso en un lugar de permanencia. Desde hace varios años, la asociación es conducida por egresados de la misma. Enfatizamos el lazo social entre los socios como la cuarta pata de la formación psicoanalítica, necesaria a lo largo de toda la vida profesional. Mantenemos el pluralismo, no sólo de los lineamientos teóricos de la disciplina, sino en un clima de apertura, tolerancia y convivencia de las diferencias.

Podemos pensar en un mito de origen, “la institución por fuera de IPA pero que reproduce sus modelos”; fue dando paso a “la institución independiente que busca el intercambio con otras”. Aun así, manteniendo un modelo de fuerte pertenencia que da apoyatura e identidad.

Nuestro modelo de transmisión del psicoanálisis, a nivel institucional, enfatiza el “para qué”, como decía Ulloa; la intencionalidad de la capacitación permite ubicar las diferencias entre los textos, los autores, y promover el diálogo dentro de la misma disciplina y con las otras disciplinas. Apunta a la exogamia. Si bien este proceso descansa sobre las transferencias múltiples, y las identificaciones del alumno con sus docentes, luego se pasa al tiempo de la ligazón con las teorías. “De la marca en el orillo al orillo de una marca” (Ulloa). Pueden generarse allí apegos dogmáticos a lo aprendido y enfrentamientos regresivos, entre la dependencia y el parricidio. La única manera de atravesar estas cuestiones está en el análisis personal. Algunos van más allá, a lo que Ulloa llama la “edad de la maestría”, la del auto análisis interminable, en que lo que se transmite es “una manera de acceder al conocimiento”, ni modelos ni consignas.

La institución ha atravesado innúmeras crisis, tantas como el país. La última, que ocurrió durante la gestión del Consejo Directivo que presido, fue la causada por la pandemia de COVID 19. ¿Cómo responder a lo imprevisto? Nos jugamos a sostener todo, apelando a la tecnología: actividades online, teletrabajo, grupos de chat; aprendimos de zoom, de técnicas digitales educativas… Apostamos a la potencia de lo grupal, aun extrañando el encuentro. Inesperadamente, crecimos, seguramente por la necesidad de todas y todos de sostén, compañía y proyectos compartidos.

Me pregunto: ¿Cómo compatibilizar ese modelo, ligado a la pertenencia, con una sociedad líquida, que descansa sobre el consumo capitalista, el intercambio de productos? La pandemia nos mostró tanto la necesidad de ser parte de un colectivo, como salida del aislamiento, como la facilidad del acceso a contenidos online, preferentemente gratuito. Es una tarea para las próximas generaciones reinventarnos nuevamente, crear nuevos modelos que no desmientan estas nuevas determinaciones.

Esto  significó la AEAPG para mí:  era una joven médica psiquiatra que, atravesando los desafíos de la interdisciplina, buscó los fundamentos del psicoanálisis; me formé como docente al lado de profesores que me han marcado: Dr. Gabriel Dobner, Dr. Jaime Lutenberg, reflexioné con los colegas, amigos, aprendí de la gestión  y la política de la institución, sobre todo con Alicia Levin, participé de la tarea comunitaria con el equipo  de Comunidad, fui creciendo en y con la institución hasta llegar hoy a ser presidenta, tarea que me enriqueció enormemente y en la que espero haber enriquecido a la institución.  ¡Como se ve, una larga historia!

Ese es mi mensaje: los devenires no están determinados por la historia. Revisar la historia, para poder pensarla críticamente, nos dará las claves para entender la vida institucional. Como dice Piera Aulagnier, somos historiadores en busca de pruebas. Rescatando la memoria institucional, buscando una verdad histórica que incluya las vivencias de participantes que se entraman en un colectivo.  Ese es el desafío, tener un lugar activo sobre su presente y su futuro. REINVENTANDONOS UNA VEZ MÁS.

Notas al pie

NOTA AL PIE DE PAGINA: Condujeron la Asociación en diferentes momentos: Elsa Aisemberg; Carlos Mario Aslan; Antonio Barrutia; Hugo Bellagamba; Rodolfo D´Alvia; Susana Lustig de Ferrer; Raquel Golstein; Bernardino Horne; Aldo Melillo; Rubén Piedemonti; Alberto Pieczanski; Jorge Rovati; Leopoldo Salvarezza; Gilberto Simoes; Miguel Siniavsky; Jaime Szpilka; Jorge Winocur; Luis Córdoba; José Fischbein; Alfredo Maladesky; Miguel Ángel Rubinstein; Enrique Ascaso; Gabriel Dobner; Graciela Bar de Jones; Perla Albaya; Alicia Levín; Miguel Tollo. Los recordamos, los honramos, reconocemos su legado en quiénes hoy somos.

¡Agradezco a mis compañeros de todos los Consejos Directivos desde el 2009, y especialmente a quienes forman parte del Consejo Directivo 2019-2023, sin los cuales no hubiera sido posible nuestra gestión!

Bibliografía

Baremblitt G. (2012). Compêndio de análise institucional e outras correntes: teoria e prática. (6.ed.). Rio de Janeiro: FGB/IFG.

Castoriadis, C. (1983). La institución imaginaria de la sociedad I. Barcelona: Tusquets.

Favelukes, M; De la Serna, L: Presentación Equipo Comunidad – Miércoles Científico AEAPG, julio 2014: “Las instituciones y su historia” (comunicación personal)

Cabuli, A.: “La Asociación. Ayer y hoy”. En: Revista digital Psicoanálisis: ayer y hoy, n. 7, septiembre, 2012. Disponible en: www.elpsiconalisis.org.ar

Cabuli, A. “Un largo camino recorrido”. En Revista digital Psicoanálisis: ayer y hoy, n. 8, marzo, 2013. Disponible en: www.elpsiconalisis.org.ar

Ulloa, F. “Mi experiencia con la institución psicoanalítica”. En Revista digital Revista de Psicoanálisis y Cultura,  n. 11, julio, 2000. Disponible en:  www.acheronta.org

Acerca del autor

MFavelukes

Mónica Favelukes

NÚMERO 28 | Octubre 2023

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La Escuela hoy

¿Qué representa la escuela para los que formamos parte? Compartimos las palabras de quienes se acercan desde diferentes partes del país a formarse, de quienes son parte desde hace muchos años y de quienes nos reciben día a día en la institución.

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Taller de coro de la AEAPG

Desde el año 2022 funciona en la Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados un taller de coro dirigido por Teresa Usandivaras. Un grupo numeroso se reúne semanalmente para disfrutar del canto y del proceso creativo conjunto. Disfruten de su música!!!

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Investidura y redes de sentido: Las constelaciones de Eros | Graciela Macotinsky

Este trabajo indaga sobre algunas vicisitudes de la clínica y ciertos movimientos que transcurren en el psiquismo durante la experiencia analítica. Las renuncias, el reciclado de antiguos objetos y hallazgo de otros nuevos, derivan en la creación de otros registros, ligaduras y redes de sentido. Se considera que la elaboración de estos duelos, junto a otros factores ligados al encadenamiento representacio­nal, permitirá encontrar sentidos propios atravesados por la creatividad de Eros.

“Tú sabes que trabajo con el supuesto de que nuestro mecanismo psíquico se ha generado por estratificación sucesiva, pues de tiempo en tiempo el material preexistente de huellas mnémicas experimenta un re ordenamiento según nuevos nexos, una retranscripción”. “…la memoria no preexiste de manera simple sino múltiple, está registrada en diversas variedades de signos”, expresa Freud en su carta del 6 de diciembre de 1896. Décadas después agregará: “…nuestro aparato psíquico (…) conserva siempre su capacidad ilimitada de nuevas percepciones…”

Sabemos que estas palabras gestaron un extenso espacio de articulación entre conceptos y práctica. Me circunscribiré a algunas vicisitudes de la clínica y a ciertos movimientos que transcurren en el psiquismo durante la experiencia analítica. Pienso al psicoanálisis como una peculiar vivencia, en la que se establece una búsqueda permanente de sentido desde las primeras marcas, sus enunciados y las representaciones ulteriores. Intentaré plantear cómo las renuncias, el reciclado de antiguos, objetos y hallazgo de otros nuevos derivan en la creación de otros registros, ligaduras y redes de significación. Tarea de desinvestidura – investidura y elaboración que procura restablecer sentidos a la constelación temporal que atraviesa un ser humano.

El devenir de la historia dio origen a una clínica que nos remite a diferentes acontecimientos, otras patologías, abordajes y complejizaciones en la técnica, para ir al encuentro de múltiples manifestaciones del dolor.

Se presentan con variadas máscaras y voces, unos signados por la desesperanza, el desconcierto, ausentes de proyectos. Su decir se expresa en la jurisdicción del presente, con resentimiento y duelos no elaborados, nudos que remiten a un pasado sobrevalorado. Algunos hipotecan sus vidas en rituales y dudas interminables o sujetándose a objetos atemorizantes; en otros casos, aparecen fantaseados encuentros y desencuentros amorosos nunca plasmados o proyecciones y enojos paranoides. Encontramos en este terreno pantanoso de sufrimiento humano la inhibición para la libertad del pensamiento, aparentemente sin un orden de causalidad o sentido, atascados en significaciones fallidas que llevan a la repetición con su angustia. La pérdida del objeto, la pérdida del amor, la castración misma sobresalen en un movimiento cerrado. Las posibilidades de enlace temporal entre los diferentes sucesos también están recortadas, la historia aparece desinvestida. Sin embargo, cada síntoma, por más doloroso que sea, mitiga un padecimiento psíquico que, de ser descarnado, sería insoportable.

Pero remitámonos a los inicios. El proceso sobre el que se origina el individuo humano como tal se plasma con enunciados incorporados en un sustrato de palabras y signos paraverbales. El tejido de esta trama será dado por el eco afectivo en esta confluencia del que nace y las vivencias pasadas enlazadas al tiempo presente de los otros significativos relacionados con él.

En esos primeros momentos, la representación de cuerpo se va gestando, desde el interior del organismo, ante las necesidades que presenta; la satisfacción de esas exigencias comenzará el dibujo de un cuerpo – representación altamente influido por los afectos que vierta la madre sobre el yo corporal de ese bebé y sus representantes pulsionales. Caricias, contactos, cuidados, palabras estarán matizados por la mayor o menor impregnación de lo pulsional erótico o tanático de quien realiza la acción específica – cuidadora. Podrá presentar equilibrio, exceso de amor, de odio o indiferencia. Es lo más primitivo e inconciente de la madre que se volcará sobre el cuerpo y el psiquismo del bebé, favoreciendo el placer de vida o coartándolo.

Si bien estas fuertes marcas en sus comienzos se acompañan más de lo paraverbal que del decir, los relatos de experiencias posteriores con esta madre y otros personajes significativos nos permitirá hacer anudamientos desde nuestro trabajo analítico. Al decir nuestro me refiero a la particular situación generada en el campo de la sesión, donde analista y paciente se conjugan en una tarea de inferencia y llegada a construcciones sobre las trazas permanentes que se imprimen desde esos primeros tiempos. Estas improntas participarán en el proceso identificatorio, permeabilizando o rigidizando el mecanismo de incorporación y transformación de rasgos a lo largo de su trayectoria.

Así es como la madre juega el papel de espejo, de auxiliar y de continente. Si ella puede contener y tolerar sus propias pulsiones, favorecerá la eclosión de las pulsiones en el niño. El emerger de la individuación se vivirá en el marco de un inestable equilibrio de frustración-gratificación. Pero equilibrio al fin, en el mejor de los casos. La angustia en otros, nos hará escuchar los lamentos del narcisismo fisurado que se fue edificando bajo la égida de tánatos como consecuencia de la desvitalización y empobrecimiento de la autoestima materna volcada sobre el psiquismo del hijo.

Ana, desde su hablar cálido e ingenuo, singulariza este proceso. “Jugaba muy poco, no me querían mucho porque esperaban un hijo varón, me desvalorizaban bastante, mi hermana mayor siempre era la mejor. Todo lo que yo decía estaba mal. Siempre fue mi madre la que me rechazaba. Cuando iba a los bailes me llamaban prostituta. No podía besar a nadie, salvo estar de novia o casada. Para mí divertirme estaba prohibido. Me gustaba… bailar boleros y enamorarme enseguida, aunque después se truncara. Pasé a ser la señora de, la madre de y la hermana de. Nunca Ana. Tengo miedo de que no me quieran y quedarme sola, al final soy el último orejón del tarro”. “Siempre me corrigen en lo desubicada, lo gastadora”. “Papá sí me quería”. “Mi marido me grita, siempre va a haber una causa para que me grite. Yo soy la mujer maravilla. Me siento sometida. Mi hija me dice no te metas en mi casa. Soy muy guapa, le hago la comida, en diez minutos le volteo una casa”. Ana fue golpeada por su esposo y por uno de sus hijos. La pregunta que recorre su vida es ¿Ser como quién? para sentirse querida. A veces repite actos vistos en personajes de telenovelas o dice palabras escuchadas de vecinas o alguno de los innumerables terapeutas y grupos de autoayuda que consultó. En una sesión, refiriéndose a la organización de su casa y un proyecto laboral, con gesto de asombro, trae estas palabras: “Esto lo pensé yo solita, lo voy a hacer yo así, nadie me lo dijo”. En otras ocasiones mis intervenciones inmediatamente son trocadas, por ella, en mandatos: “Entonces voy a hacer así, como me dice”. “Me siento vacía, como un vegetal”.

En estas ocasiones, intentamos que la labor del psicoanálisis transcurra en la búsqueda y armado de renovadas representaciones, dispuestas para que el signo adverso sea modificado, atenuado en su fuerza a partir de la comprensión y puesta en palabras de los orígenes de su gestación, en tiempos de desvalimiento temprano. El paciente se permitirá entonces generar otras ligaduras para construir nuevas redes de sentido, esta vez signadas por lo vital-erótico. Se irán codificando e incluyendo en nuevos planos, con otra arquitectura, que variará según cómo se mire la historia de cada individuo y quién la escuche. Ardua tarea en la que se imbrica lo ínter e intra subjetivo que se juega en el campo de la sesión analítica. La lucha entre estos dolores y placeres del alma y el cuerpo se manifestarán, entre otros, como: síntomas, sueños, angustias, sentimientos de culpa propios y heredados, recuerdos, nostalgias, reminiscencias, duelos y daños encarnados en el cuerpo. Funcionarán como restos arqueológicos y documentos sobre los que se asentará la historia pasada y aquella a construir.

Trabajo que será también de encuentro de mandatos y mitos transmitidos de una generación a otra. Así escuchamos voces y percibimos sentimientos extraños al contexto de ese sujeto, puesto que fueron vividos, en ocasiones silenciados por sus predecesores, pero inyectados dramáticamente a través de actitudes de temor y sufrimiento que finalmente llegan a nuestro encuentro y podremos leer. Los personajes de la historia que esbozaré a continuación nos acercan a estas problemáticas y se relacionan con alcances de nuestra práctica que integran abordajes y técnicas diferentes al análisis individual.

La madre, Malka, fue empujada a la consulta por su hijo, Sergio, hace aproximadamente un año y medio. Tiempo después aparecerá en escena Luisa, la otra hija.

Sergio se desesperaba fácilmente frente a distintas circunstancias; su tono era quejoso, aunque el relato pudiera conducir a hechos placenteros. Había algo conocido en su discurso, sin embargo, no eran las palabras de este hijo que resonaban en mí. Finalmente pude darme cuenta. Esa tonalidad era su madre a quien había dejado de ver tiempo atrás. Ella hablaba, sufría y lloraba sin lágrimas, también, a través del hijo. Malka sobrevivió a su familia y a casi todos los habitantes de su pequeño pueblo europeo durante la ocupación nazi. Sólo ella y otro adolescente habían quedado vivos. Con los años armaron una pareja acorazada, dependiente, se protegían y odiaban frente al desamparo padecido. La muerte del esposo unos meses antes motivó la primera consulta que no llegó a concretarse en tratamiento por las negativas de Malka. Ahora sí, ella era única sobreviviente. La historia de la muerte se personificó retomando a primer plano.

Al cumplirse el aniversario del fallecimiento del padre, Sergio me llama nuevamente, dijo no saber qué más hacer con su mamá. Ella estaba gran parte del día en la cama o “sin hacer nada”. Acordarnos que vendría él con su hermana. Inicié una serie de entrevistas que llamé de “orientación”.

Escuchemos a estos hijos. Luisa que, a diferencia de su hermano, era de aspecto jovial y alegre, recordó: “Mamá decía: ‘ No rías de día porque de noche vas a llorar’. Fuimos criados con miedo; si alguno la pasaba bien, el otro la tenía que pasar mal”. Parece que aquí el mal signado, atrapado en las redes tanáticas maternas fue el hijo. Al señalarle la similitud del tono y cuán difícil le resultaba pensarse separado de Malka y vivir él su propia vida dijo: “Tengo 50 años y siempre me sentí viejo, igual que mamá”. Comenzó a reír y hablar de “cuán manejadora es mamá”. Relataron que desde hacía unos días vivía en casa de Luisa. Ambos hermanos alternadamente reconocieron un aspecto escondido de la madre, esta vez en relación a los nietos. las risas, el deseo de hacerles “comidas ricas”, “con los chicos es otra”. Estas asociaciones tuvieron efecto de bálsamo, la voz de Sergio también era otra. Es necesario aclarar que desde hace tiempo él accedió a un análisis individual y que su entrenamiento asociativo está presente en la tarea conmigo.

Hasta el momento fueron sólo dos entrevistas; obviamente, otras vetas circulan en esta historia, muchos de los escarpados lugares por los que transitan Narciso, Edipo, los silencios sobre el padre y las rivalidades fraternas, así como la inclusión futura de la persona de la madre en nuestros encuentros quedarán para otras reflexiones.

Así es como, asociación libre y atención flotante mediante, accedemos a una organización que se encuentra en un intercambio interno – externo constante y trae a la memoria representaciones olvidadas, no necesariamente reprimidas, que van al rescate y reflotan consigo viejos modelos no registrados hasta el momento. Se inicia un movimiento en espiral en el que nuevas constelaciones se podrán afirmar sobre el entramado del pasado, túnel que, al abrirse en el presente, logrará desanudar antiguas configuraciones, transformar en algunas su signo, mientras que otras permanecerán inmutables.  A su vez, dialécticamente, esta reorganización de la historia mantendrá el psiquismo abierto a otros cambios. Al establecerse, estos ordenamientos se constituirán en figuras sobre un fondo. Como un rompecabezas que tomará, en función de cada situación, múltiples formas. La esencia que subyace y hace de soporte a este rearmado de ligaduras puede traducirse en el logrado arraigo de una imagen de cuidadora, auxiliar, objeto interno nuevo, capaz de dar y recibir amor y también odio. Se acercaría así a una madre sostenedora, narcisizante, favorecedora del placer de vida, tolerante de la eclosión de las cargas agresivas y de la individuación, figura que, de no haber estado presente en el origen real del sujeto, puede ir echando raíces en su universo psíquico desde otros personajes -analista incluido- surgido a lo largo de la vida, descubiertos sesión tras sesión.

Si bien la adolescencia es un tiempo clave para esta posible reparación pendiente, pienso que los momentos vitales para que lo expuesto suceda entran en la atemporalidad del inconciente y es factible que se dé en cualquier momento cronológico de la vida.

Esta corriente llega a buen puerto cuando la permeabilidad entre proceso secundario-primario es suficientemente flexible y logramos que la línea de borde no se confunda. En algunos casos es una nueva oportunidad de reacomodamiento representacional para el rearmado de viejos y encuentro de nuevos modelos; en otros, por transitar las últimas etapas de la vida, puede ser la única oportunidad.

Este trabajo se irá organizando en la medida que permita: recuperar aquello que se conserva vivo en los estratos psíquicos más profundos, que al ser elaborado fluya en la corriente psíquica, y pueda proyectarse en un movimiento temporal, recorriendo el registro de acontecimientos, rasgos, palabras, afectos, desde el pasado hacia futuros, sucesivos, nuevos enlaces y articulaciones, reconocidos como vivencias propias, a fin de no perturbar el sentimiento de identidad. Todo este proceso, si bien permite acceder a una libertad, integración y amplitud de las posibilidades vitales y sublimatorias del individuo, irá acompañado por un trabajo de múltiples duelos. La dimensión de desprendimiento que efectuamos analíticamente implica exigencia para el psiquismo por el abandono de esquemas, escalas de valores, relaciones de objeto y representaciones pulsionales. Engloban también la pérdida de la omnipotencia, de ideales imposibles y el reconocimiento de la finitud.

El cambio de cargas y ligaduras será más tenazmente resistido en aquéllos que sufrieron la impregnación tanática materna y el cuerpo físico está puesto en juego. En el caso de Enrique se cristalizan estos padecimientos.

“Básicamente tengo problemas de relación. Mi primera reacción cuando veo una persona es de bronca. Soy muy nervioso y boca sucia, configuro una imagen de tipo poco agradable. Ando con el ceño adusto. Tuve cinco injertos de córnea, por eso miro así, le busco siempre la quinta pata al gato. Soy muy detallista, siempre busco el defecto. Mi relación de pareja es un desastre. Me irrita que me contradigan, no soy obtuso pero no soporto que me corrijan. Me obsesiono con los problemas económicos, tuve una quiebra económica hace veinte años. Tengo temor de volver a fracasar, de perder algo”. “No tengo recuerdos positivos a la vista”. “Creo que toda mi vida fue una línea recta, sin alteraciones notables ni grandes hechos”. “…Me fui haciendo como pude, no tuve prototipo o parámetro. Tengo la impresión de que todos mis actos fueron copiados”.

Enrique fue el cuarto y penúltimo hijo, entre cuatro hermanas mujeres. Recuerda constantes peleas entre sus padres y a su madre preocupada y penando por la discapacidad motora de una de las hijas. Sobre su enfermedad visual, de características hereditarias y manifiesta a los 13 años, dice que fue objeto de burlas e incomprensión por parte de su familia y sus compañeros. Después de varias operaciones, se compensó relativamente con una lente intraocular.

“Conocí a mi esposa en 1967, estuve 6 meses de novio, tenía 34 años. Seriamente no había salido con ninguna. Me casé, quizá porque todos dicen que hay que casarse, quizá porque era el único hijo varón, quizá porque era una buena chica. Todo junto es para hacer una novela, ¿no?”

Más de un año después de iniciado el tratamiento dice: “Pretendí hacer un acercamiento con mi mujer, la cosa está muy mal. Si no es la crisis definitiva, está muy cerca. Yo traté de iniciar un diálogo, le dije que necesitaba comprensión. Que por mis reacciones yo sabía que no tenía que ser así. Que entré en una etapa en que hablar de arrepentimiento no tiene sentido. Mi proceder va a ser repetitivo”. “Me olvidé de reír, de sonreír, tengo las facciones rígidas, me tengo que reacomodar los músculos de la cara. Se conjugan un montón de factores. Hay una falla en la escala de valores”.

Acerca de la adolescencia, Enrique añoraba: “No tener un peso para mis necesidades, mucha soledad, sentimiento de desarraigo. No haber gozado de una buena  mesa bien tendida, una  merienda con  mermelada y tostadas”. Las mismas quejas que ahora le hará a su mujer. En un segundo momento de esta historia, comenzó a aparecer con insistencia el personaje del hijo, como figura masculina y portador de proyectos. Se inició otro diseño que nos remitió al vínculo paterno-filial en una nueva configuración.

Si la experiencia analítica continúa, la imagen materna desvalorizante será aislada, pasará a formar parte de las aceptaciones del pasado, ya sin hacer efecto de vacío en la historia presente. Durante esta época persiste el sentimiento de ambivalencia, abandono y culpa, también el temor a no encontrar sustitutos entre los fragmentos de recuerdos o en otros factores presentes en este proceso. Este duelo tendrá el fin de dar vía libre al camino hacia la elaboración y exigirá del analista un fuerte compromiso de reconstrucción, acompañamiento y cuidado. El paciente necesitará escuchar la voz, el tono afectuoso con más intensidad y frecuencia que en otras etapas.

El logro de otras abrochaduras y formaciones de sentido que le sean singulares e incluyan su sistema identificatorio, sus valores, creencias e ideales surgirá también a posteriori de un cierto pesar. Hay una labor de desinvestimiento previo de objetos y formaciones con los que lidiaba el yo que, aunque inservibles ahora, fueron la comitiva que ocupó su ser durante largos períodos y actuaron como baluartes sobre los que se asentaba la vida pulsional.

Proceso de duelo que será de menor intensidad al que sucede con la pérdida de objetos amados, tampoco ocupará energías y áreas de la vida psíquica con la misma configuración. Sin embargo, la cuestión que se plantea conduce a la misma esencia: investir, amar, impedir la repetición, simbolizar, restablecer sentidos propios atravesados por la sexualidad, la integración y las constelaciones creativas de Eros.

Bibliografía

Aulagnier, Piera. La violencia de la ínterpretación. Buenos Aires, Amorrortu, 1977.

Aulagnier, Piera. Condenado a investir. Revista de Psicoanálisis, 2/3. Asociación Psicoanalítica Argentina, 1984.

Blanchi, Henri y otros. La cuestión el envejecimiento. Perspectivas psicoanalíticas. Madrid, Biblioteca Nueva, 1992. 

Freud, Sigmund. Publicaciones prepsicoanalíticas y manuscritos inéditos en vida de Freud. Vol. l. O.C. Buenos Aires, Amorrortu, 1985.

Freud, Sigmund. Pulsiones y destinos de pulsión. Vol. 14. O.C. Buenos Aires, Amorrortu, 1985.

Freud, Sigmund. Duelo y melancolía. Vol. 14. O. C. Buenos Aires, Amorrortu, 1985.

Freud, Sigmund. Inhibición, síntoma y angustia. Vol. 20 0.C. Buenos Aires, Amorrortu, 1985.

Freud, Sigmund. Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis. Vol. 22  O. C. Buenos Aires, Amorrortu, 1985.

Green, André. Narcisismo de vida, narcisismo de muerte. Buenos Aires, Amorrortu, 1988.

Hornstein y otros. Cuerpo, historia, interpretación.

Piera Aulagnier. De lo originario al proyecto identificatorio. Buenos Aires, Paidós, 1994.

Jarast, Gustavo. Reminiscencia, memoria del reencuentro. Primer Premio Argentino Li-niado 1994. Asociación Psicoanalítica Argentina. Mímeo.

Laplanche, J. y Pontalls, J. B. Diccionario de psicoanálisis. Barcelona, Labor, 1981.

Macotinsky, Graciela y otro. Virginidad. Paraíso perdido. Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados. Vol. 18, 1992.

Macotinsky, Graciela. Reminiscencia. Introducción a la conferencia dada por el Dr. Andrés Fractman La reminiscencia en el devenir del psiquismo. AF.APG. Mayo 1995.

Rolla, Edgardo. La investigación psicoanalítica sobre el período de la senescencia.

Revista Argentina de Psicopatología. Vol. 11, Nº 2, 1991.

Singer, Diana. La crisis de Dorian Gray y el riesgo de desinvestidura. Ponencia presentada en el Panel Situaciones Críticas. Asociación Gerontológica de Buenos Aires, 1993.

Singer, Diana. Las transformaciones del macrocontexto. Antropología de la soledad. S/f

Stembach, Susana. Sujeto y macrocontexto. La impronta de la cultura en la constitución del psiquismo. Revista de Psicología y Psicoterapia de Grupo. Nºl/2, 1989.

Winnicott, Donald.  Escritos de Pediatría y Psicoanálisis. Desarrollo emocional primitivo. Barcelona, Laia, 1979.

Acerca del autor

Graciela Mónica Macotinsky

Graciela Mónica Macotinsky

NÚMERO 28 | Octubre 2023

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Cuando estudiar es un problema: Avatares del deseo de saber y apatías escolares en la adolescencia* | Ileana Fischer

La autora se interroga acerca de los motivos intra, inter y transubjetivos que interfieren en el despliegue del deseo de saber y en la posibilidad de apropiación de los aprendizajes en los adolescentes. Profundiza en las inhibiciones en el deseo que se manifiestan como consecuencia de los altos montos de ansiedad y angustia que experimentan muchos adolescentes frente al desafío del aprendizaje.

“Tenemos que terminar con esta idea que les planteamos a los chicos
de que el único sentido de conservar su vida es para que trabajen y
sobrevivan: el sentido de conservar su vida es para producir un país distinto
en donde puedan recuperar los sueños.
Y la escuela es un lugar de recuperación de sueños,
no solamente de auto-conservación”.
Silvia Bleichmar (2012)

A modo de introducción
Esta presentación tiene por objetivo aproximar a la reflexión sobre una temática que compromete a la presente y futura de la ciudadanía. Con esto me refiero al incremento del desinterés en el aprendizaje que manifiesta un grupo creciente de adolescentes que produce como efecto descensos significativos en los rendimientos escolares complicando en muchos casos la continuidad de la trayectoria escolar.
Para ello, compartiré con ustedes algunos de los hallazgos respecto de la relación de los adolescentes con el deseo de saber y sus avatares, en especial las apatías vinculadas al conocimiento escolar surgidos tanto de la tarea clínica como del trabajo con estudiantes y personal docente en escuelas medias.
Me interesa exponer algunos de los motivos intra, inter y transubjetivos que interfieren en el despliegue del deseo de saber y apropiación de los aprendizajes.
Partiré de algunos supuestos: aprender es un acto complejo de transformación que incluye la función de investimiento libidinal de los objetos escolares para convertirlos en una promesa de reencuentro con una experiencia de placer, la escuela es una zona de encuentro (Fischer, 2020) intersubjetivo de producción de sentido y el aprendizaje contribuye a los procesos de subjetivación en la adolescencia (Alvarez, 2017).
La escuela como oportunidad de subjetivación
La escuela es uno de los escenarios en los que los adolescentes llevan a cabo parte de su constitución subjetiva atravesada por el proceso de aprendizaje. Ello hace necesario que la institución escolar tenga la función de holding (Vecchi, 2021) y aloje al acontecer adolescente y los múltiples cambios que lo caracterizan y sea un ambiente facilitador (Winnicott, 1956) en el que la exploración tenga lugar como oportunidad de despliegue de los interrogantes característicos de este tiempo vital: ¿Quién soy? ¿Qué deseo? Preguntas que ponen de manifiesto la función de la curiosidad y el deseo de saber a modo de motores necesarios para la condición adolescente (Cao, 2009).
La escuela es el espacio compartido y de reunión intersubjetiva extrafamiliar de mayor prevalencia en la comunidad adolescente por esto es una zona de encuentro en la que es posible ser visto, tomar la palabra, construir sentidos subjetivos, establecer consensos y disidencias, incorporar la función de las legalidades como parte del funcionamiento colectivo, etc. De aquí podemos indicar que la función de la institución escolar no es exclusivamente la de transmisión de conocimientos sino también un espacio de construcción transformadora en la que las funciones docentes también toman
parte en la subjetivación adolescente cumpliendo funciones apuntalamiento (Cao, 2020) y transmisión de deseos e ideales en el marco de la situación de aprendizaje (Fischer, 2019).
La apatía como respuesta del sujeto
Los motivos de las apatías escolares son variados y requieren un análisis que incluyan las dinámicas intrasubjetivas respecto de la constitución psíquica y los avatares con las funciones primarias, las características del entramado intersubjetivo con pares y adultos en el ámbito escolar, la incidencia de los avances de la tecnología en el aprendizaje y los discursos de época con sus ofertas “hiper”: hiperconsumo, hipercomunicación, hiperinmediatez, hiperfelicidad, etc. La sociedad y los discursos sociales tienen un impacto significativo en la identificación y el deseo de saber de los adolescentes en tanto los discursos participan de modo activo en las producciones de subjetividad (Bleichmar, 2004).
La llegada de la hipermodernidad (Lipovetsky, 2004) ha traído una negación del dolor (Han, 2020) y búsqueda de placer inmediato, el incremento de la relevancia de la imagen, la caída de metagarantes sociales (Jaroslavsky, 2020), un sentido del futuro como promesa de cumplimiento de anhelos resquebrajado y adultos consumidos por el sistema que tienen dificultad para acompañar y transmitir deseo. En esta cartografía se plantean interrogantes: ¿Para qué estudiar? ¿Lo que ofrece la escuela y el modo de hacerlo es congruente a las adolescencias de nuestro tiempo? ¿Cuál es el presente y futuro que imaginan los adolescentes a partir de aquello que el discurso de los otros pertenecientes al mundo adulto enuncia? ¿Cómo hacer para asumir algo
del orden de la falta como condición del deseo cuando la cultura oferta tapones para la angustia de modo inmediato? ¿Cómo desplegar el deseo de saber y el aprendizaje cuando para ello es necesario sostener un cierto monto de angustia propio de la demora que significa incorporar novedades escolares en un trayecto que requiere la confrontación con desajustes y errores en un tiempo en el que la imagen narcisista está excesivamente fragilizada?
Aprender es un proceso de transformación que implica una relación estrecha con el deseo y movimientos de investidura dirigidos a los objetos de conocimiento. Esto es posible por la promesa de reencuentro con una experiencia de placer lo que la convierte en una actividad de carácter libidinal. Muchos adolescentes experimentan ansiedad y angustia en los procesos de aprendizaje y en consecuencia se activan inhibiciones en el deseo. Hacen referencia a sentirse exigidos por el cumplimiento de ideales familiares y escolares muy elevados. Temen el fracaso y la posible humillación ante el otro que se frustra por el resultado y en vez de dar pelea responden con un decaimiento del deseo que se muestra como indiferencia producto de un mecanismo de repliegue.
La adolescencia se caracteriza por desasimiento de la autoridad parental (Freud, 1905) junto a la búsqueda de modelos extrafamiliares ¿Cómo se produce este pasaje desde la dependencia hacia la construcción de un estilo propio des-sujetado de la demanda de los otros primarios? ¿Cómo responde un adolescente ante la hiperdemanda que insiste en no dar lugar al despliegue de lo singular?
El arribo de la adolescencia se anuncia con los vientos huracanados de la pubertad exige al sujeto trabajos de simbolización y recomposición en lo
imaginario de aquel real que se presenta transformando al cuerpo en una posesión habitada por la ajenidad. El encuentro con lo inédito de lo sexual invita a la curiosidad y a la apertura de preguntas sobre el ser y el deseo. La concentración de la curiosidad y el deseo de saber en los avatares, a veces complejos, de la remodelización identitaria (Cao, 2009) y hallazgo de objeto (Freud, 1905) deja en ocasiones poca libido disponible para otros asuntos.
Hay oportunidades en las que la apatía escolar está ligada a una resistencia a ingresar al mundo de la autonomía, ya que con la pasividad algunos adolescentes logran permanecer en un lugar de objeto de cuidados y refuerzan la ligadura a las figuras primarias distanciándose de la responsabilidad subjetiva. Así nos encontramos con adultos que se hacen el trabajo por sus hijos (resumen, hacen trabajos prácticos, llevan la agenda, etc.). En otras esta pasividad son un modo de llamado al otro en su función apuntalante como restitución de un lugar en su deseo.
Palabras finales
Meirieu (2013), pedagogo y filósofo francés, sostiene que la “escuela inclusiva es una escuela que tiene en cuenta las diferencias individuales y aporta lo que cada uno necesita”. ¿Es esto posible?, ¿Cuáles son los efectos en los jóvenes del encuentro con docentes desvitalizados y con poca disponibilidad para transmitir el deseo de aprender?,¿Qué brecha hay entre el estudiante siglo XXI que llega a la escuela y el formato escolar? Se han destacado hasta aquí algunos de los motivos en los que se sustenta la apatía escolar: efecto de arrasamientos sociales, deprivaciones afectivas, efectos de traumas, modos de restarse del otro o de convocarlo,
resistencia a ingresar al mundo sexuado y de autonomía, demanda excesiva de los demás, efecto del sinsentido del futuro, huida del desafío que implica la conquista de lo nuevo, manifestación de una inhibición por tensión con el superyo, como rebelión a las demandas de los ideales de otros, a modo de correlato de la depresión, efecto de las brechas profundas entre lo ofrecido por la institución escolar y lo requerido en tiempos contemporáneos y finalmente como identificación al rebajamiento del deseo de enseñar de los docentes.
Quiero cerrar esta presentación con unas palabras de Janine Puget (2020) sobre la condición vital de la curiosidad: “La curiosidad es una condición de vida y por lo tanto inherente a la vida humana; es un motor que da acceso a un espacio oscuro, sin límites, gracias al cual se crean conocimientos volátiles estimulados por la ignorancia y el deseo de conocer”

Notas al pie

*Una versión de este trabajo fue presentado en el Congreso La SUBJETIVACIÓN y sus entramados de AASM en 2023.

Bibliografía

Alvarez, P. y Otros (2017). Imaginando (en) la escuela. Experiencias de producción simbólica con niños y adolescentes. Entreideas.

Bleichmar, S. (2004). Límites y excesos del concepto de subjetividad en psicoanálisis. Revista Topía, Año XIV (40).

Cao, M. (2009). La condición adolescente. Replanteo intersubjetivo para la una psicoterapia psicoanalítica. Edición del autor.

————(2020). Psiquismos en red. Crisis y apuntalamiento en la vincularidad. En Ileana Fischer (comp.) De vínculos, subjetividades y malestares contemporáneos. Entreideas.

Fischer, I. (2020). Aburrimiento, apatía y desconexión: la escolaridad en problemas. En Ferreira dos Santos, S. (comp.) Clínica con adolescentes. Problemáticas contemporáneas. Entreideas.

Freud, S. (1905). Tres ensayos para una teoría sexual. Obras completas. Tomo VII. Amorrortu.

Han, B. (2020). La sociedad paliativa. Argentina (2021). Herder.

Jaroslavsky, E. (2020). La incidencia de la hipermodernidad y el maletre en las estructuras familiares y patologías actuales. En Ileana Fischer (comp.) De vínculos, subjetividades y malestares contemporáneos. Entreideas.

Lipovetsky G. y Charles S. (2004). Los tiempos hipermodernos. (2008). Anagrama.

Meirieu, F. (2013). La escuela ya no se ve como una institución capaz de reencarnar el bien común. Recuperado de https://www.lanacion.com.ar/opinion/philippe-meirieu-la-escuela-ya-no-se-ve-como-una-institucion-capaz-de-reencarnar-el-bien-com-nid1636530 – Noviembre 2013.

Puget, J. (2020). Elegir entre lo múltiple: un desafío. En Ileana Fischer (comp.) De vínculos, subjetividades y malestares contemporáneos. Entreideas.

Vecchi, S. (2021). Cuando a las palabras no se las lleva el viento. Pensar un modo de escrituración de lo traumático en la infancia y adolescencia a través del transitar escolar. En Clínica de lo traumático. Herramientas teóricas e intervenciones. S As. Entreideas.

Winnicott, D. (1956). La tendencia antisocial. En Escritos de pediatría y psicoanálisis (1958). Paidós (1999).

Acerca del autor

ILEANAFISCHER

Ileana Fischer

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Entrevista a Débora Tajer | Gimena Abasto

En una afectuosa charla, y en el marco de los sesenta años de la creación de nuestra Escuela, dialogamos con Débora Tajer sobre cómo ha sido la construcción del pensamiento psicoanalítico en torno a la temática de género. En una conversación cálida y rigurosa, recorremos distintos ejes: la historización del psicoanálisis en tensión con ciertos movimientos sociales; la especificidad de la crítica realizada desde el psicoanálisis a la luz de los estudios de género; la transmisión del Psicoanálisis con perspectiva de género y su crecimiento en los espacios formales; y sobre aquello que queda por aprender estimulándonos a recuperar la capacidad de interrogarnos. 

Acerca del autor

Débora Tajer

Débora Tajer

Gimena Abasto

Gimena Abasto

NÚMERO 28 | Octubre 2023

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Editorial | Número 28: «La memoria por venir – Psicoanálisis ayer y hoy» | Viviana Garbulsky

Con gran entusiasmo les damos la bienvenida a un nuevo número de la revista digital de la Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados.

Un número en el que, continuando con la celebración por los 60 años de la Institución, proponemos profundizar sobre temáticas que han sufrido cambios significativos en la forma en que las pensamos a lo largo del tiempo.

Celebramos nuestra historia y la historia del psicoanálisis, siempre con cambios y movimientos que nos mantienen vivos y vigentes.

Seguimos revisando el pasado y escribiendo la historia, sólo desde ahí podemos pensar el presente y proyectarnos al futuro.

En la sección ayer y hoy proponemos historizar y repensar las maternidades y paternidades hoy, el compromiso del cuerpo en las patologías que se presentan en la clínica, la forma en la que pensamos el género y cómo pensar la transmisión del psicoanálisis en la época actual.

En las secciones Construyendo Psicoanálisis, Investigaciones y en Nuestra Gente podemos ver el presente de la Asociación a través de su producción teórica y su constante actualización, que la mantiene viva acompañando los cambios de la época.

La sección Dossier está dedicada al festejo del Aniversario. Recordamos los inicios, a través de sus integrantes y sus ideales fundacionales, y celebramos el presente, con nuevos proyectos y entusiasmo.

Ilustra este número de la Revista imágenes de croquis realizados por el grupo Croquiseros Urbanos en su visita a la escuela y el barrio hace 10 años.

Agradecemos y felicitamos a los y las colegas que participan con sus producciones en este número y, como siempre, invitamos a leer y participar a través de comentarios y reflexiones.

¡Que disfruten de la lectura!

 

Viviana Garbulsky
Directora Editorial

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Viviana Garbulsky

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Presentación de libros | Ileana Fischer, Norberto Lloves, Osvaldo Maltz

Compartimos la alegría por socios de la Asociación que publicaron recientemente libros de su autoría. Felicitaciones!Ilean

Lazos que construyen, por Norberto Lloves

Este libro es un ensayo psicoanalítico que parte de un problema clínico: ¿Cuál es el estatuto de realidad que se presenta en la transferencia analítica? ¿Cuánto concierne a la realidad psíquica y cuánto a la material?

A lo largo del texto, entramando la clínica con la teoría freudiana, surge un dilema de la práctica: ¿cómo opera la transferencia en la construcción de realidad?

El estatuto de realidad se aborda con un eje fundamental: que no es algo dado sino producto de una construcción. Desde esta perspectiva, se trabaja la hipótesis de la transferencia como modelo de cómo el aparato psíquico construye realidad, dentro y fuera del análisis. Para ilustrarlo, se investiga sobre el efecto de construcción de realidad en la vida del “Hombre de los lobos”, a partir de la transferencia sin fin con su analista Freud. La historia de vida del hombre de los lobos ilustra los laberintos en que puede desembocar la dialéctica transferencia-contratransferencia.

De vínculos, subjetividades y malestares contemporáneos, compilado por Ileana Fischer

¿Es posible pensar las producciones de subjetividad por fuera de los vínculos y su época? ¿Qué de los vínculos con los otros está atravesado por el malestar? ¿Existen nuevos malestares en la cultura o son los mismos bajo diversas presentaciones? Estos son los interrogantes centrales que este libro pone en tensión desde algunas perspectivas psicoanalíticas acerca de los vínculos, las subjetividades y el malestar.

La eficacia terapéutica del psicoanálisis, por Osvaldo Maltz

Los nuevos modelos culturales marcados por el posmodernismo y la globalización desubjetivante ofertan la promesa de soluciones rápidas, la fascinación por lo imaginario, la ilusión de lo ilimitado y el desprecio por la reflexión y la búsqueda de la verdad que constituyen eternos paradigmas del psicoanálisis.

La eficacia terapéutica motoriza la clínica psicoanalítica que no puede sostenerse en una pura ambición intelectual de saber del inconsciente.

La eficacia específica de la práctica analítica radica en el acceso a otro modo de lectura que permita dar nuevos sentidos que conmocionen fijezas parasitarias. No propone un ideal de normalidad, sino que se interesa en la escucha de la singularidad de cada demanda particular.