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Adolescencias. Trayectorias turbulentas
María Cristina Rother de Hornstein (comp.)
Buenos Aires, Paidós, 2006
Mesa redonda: Subjetivación: ¿un objetivo terapéutico del psicoanálisis?
Panelistas:
Ezequiel A. Jaroslavsky
Nora Stenberg de Rabinovich
Susana Sternbach
por Isabel Aldabalde, María Appiani, Ezequiel A. Jaroslavsky, Carole Lagomarsino, Paula Marrafini
Reseñas
El concepto de transferencia freudiano
por Martha Vega
Tesis de Maestría en Psicoanálisis
El chiste y la angustia. Mafalda: ¿cómo era que eran derechos los derechos humanos?
por Alicia Levín
Obituario
por Paula Marrafini
Comentarios de textos
Resentimiento y remordimiento. Estudio psicoanalítico
Luis Kancyper
por Isabel Aldabalde
Adolescencias. Trayectorias turbulentas
María Cristina Rother de Hornstein (comp.)
por Paula Marrafini
Luis Hornstein
por María Appiani
por Paula Marrafini
Al recorrer las páginas del libro se desprenden conceptos que terminan por redondear la conflictiva principal de esta etapa de la vida: el replanteo global de la economía objetal e identificatoria. En un texto que se ordena a manera de ensayo, desde la historización del concepto a la desorganización patológica, es interesante observar la insistencia de los autores en plantear a la adolescencia no como una mera transición “hacia”, sino como un proceso significativo y condicionante de lo que podrá definirse como psíquicamente saludable en la historia de un sujeto. Así como una nueva oportunidad para renegociar ansiedades infantiles y factores que pudieran inducir una separación entre el registro de las necesidades psíquicas y las somáticas. Conflictiva que se debate entre la novedad psíquica, como adquisición de nuevas representaciones y afectos, la novedad biológica caracterizada por una fisiología que estrena reacciones y sustancias endógenas, y la estructura socio-histórica vigente. Con sus constantes universales (globales): la idealización del ser joven, la idealización del cuerpo joven, los nuevos modelos identificatorios exogámicos (familias ensambladas, homosexuales, monoparentales), las nuevas formas de comunicación, los códigos de lenguajes virtuales. Y sus variables: ser un adolescente del tercer mundo.
El abordaje del analista se encontrará entonces, con las dificultades propias de una etapa compleja sumadas a los cuadros que se asocian y que suelen ser severos; en sus diferentes denominaciones: patologías del vacío, de bordes, adicciones, trastornos de la alimentación, primeros episodios de psicosis, depresiones. Cuadros que rozan lo tanático, en la primera etapa de la vida en que se puede jugar con la muerte. Patologías que no siempre se presentan y aun así las trayectorias serán, como las han titulado, turbulentas. Como serán también los análisis, sesgados por el análisis personal y la propia adolescencia del analista, que intenten acompañar y habilitar la turbulencia. Uno de los autores lo dice de esta manera: “es decisivo haber podido ser adolescente”.