NÚMERO 31 | Mayo 2025

VER SUMARIO

Cuando un niño escucha | Lili Diament

A partir de un fragmento literario de un material clínico, la autora nos acerca de manera clara y precisa, el enlace posible con la escritura y la lectura, como herramientas para la transmisión e interpretación en transferencia.

El diccionario de la Real Academia Española define transmisión entre otras acepciones como: comunicar a otras personas enfermedades o estados. 

Me gustaría mostrar con un ejemplo clínico un efecto de transmisión en relación a una escritura, una escritura literaria y el efecto de escritura que produce una intervención en la sesión.

Me consultan por un niño de siete años que está muy angustiado.

Los padres se separaron de forma muy violenta no hace mucho, y la violencia entre ellos aún continúa. Los dos hijos son casi siempre testigos de las discusiones. Brian no sólo está muy angustiado, sino también triste, abúlico y con problemas para dormir.

En las sesiones no juega, prefiere contar lo que ha hecho y, algunas veces, cómo se siente.

Cierta vez le propongo leer un cuento del libro “Nadie te creería”, y acepta sin demasiado entusiasmo. Sin embargo, se muestra muy interesado y opina sobre las situaciones de los cuentos y hasta se ríe con alguno de ellos. 

Mini síntesis del cuento “Nadie te creería “de Luis María Pescetti

…Cuando yo era chico a mi mamá se le salía la cabeza. Era insoportable verla así. Temía que nunca volviera a colocársela, entonces yo mismo debía hacerlo. También pasaba que mi padre regresaba del trabajo sin sus brazos y yo debía señalar que se los había olvidado o se los había dejado quitar…

…Trabajé tanto que, durante esos años, me dormía sobre el pupitre. Sin embargo, nadie se burlaba ni los maestros me retaban, porque sabían qué ocurría en casa.

…Una noche una mujer me sacó volando de casa, me sentó frente a una mesa de manjares…Llenó mis bolsillos de dinero, se agachó para estar a mi altura y dijo amablemente: “No es tarea de un niño hacer esos trabajos por los padres”. Pero si no los hago yo ¿Quién los hará? le repliqué. “Quizás nadie, pero no debe hacerlos un niño”, insistió.

…Pero si no lo hago, nadie lo hará. Y entonces esto fue lo que me respondió: “Hay que dejar que nadie lo haga” y me devolvió a mi cama…

…Brian empieza a traer sueños. Este sueño me sorprende especialmente: “Íbamos a un shopping con mi papá y mi hermano, o a un mercado, una cosa rara, él nos dejaba un segundito solos porque tenía que ir al baño o no sé, y nos dejó con un policía y después nos iba a buscar y de repente no estaba más (no sé si mi imaginación lo sacó), entonces empezábamos a caminar y comprábamos cosas, me encontré con una maestra mía que se llamaba Alicia.  Cuando estábamos comprando comida ella nos preguntó por qué comprábamos si en nuestra casa había mucha”. En ese momento se despierta.

Las cosas entre los padres no mejoran, pero Brian empieza a decir que a veces quiere ir con la mamá, otras veces con el papá.

Un día le pide a la madre que se quede en la sesión, y me pide que lea un cuento que ya habíamos leído nosotros (cuya síntesis reproduje más arriba).

Mientras yo leo, Brian no deja de mirar a su mamá que lagrimea cada vez más. Al finalizar, la mamá dice mirándome, entre preguntando y afirmando ¿¡Pero esto es para mí!? Puede ser, le respondo. Se pone a llorar fuertemente y, mientras abraza a Brian, le dice: “ya entendí hijito, ya entendí”.

¿Es posible pensar que el efecto de una escritura literaria provoque un efecto de interpretación y transmisión, por lo tanto, de otras escrituras? Si esto sucede dentro de la sesión y en transferencia, es posible, ya que la literatura, en especial en el trabajo con niños es una herramienta como el dibujo o los juegos y algunas veces las pantallas.

Se trata siempre de una escritura y de una lectura: la escritura del autor del cuento, mi lectura en la sesión de Brian, la escritura de Brian de su sueño, su pedido, mi lectura nuevamente frente a su madre, y el efecto de una transmisión.

Volviendo a la definición de transmisión: “Comunicar a otras personas enfermedades o estados” El inconsciente produce escritos privilegiados; dependiendo de quién y cómo sean escuchados formarán parte de determinados momentos del proceso analítico. La “señora” del cuento dice: “no es tarea de un niño hacer trabajos por sus padres”. Brian descubre en las palabras del cuento una legalidad que él no puede tramitar, y por lo tanto no puede ser escuchado por sus padres.  En ellos no hay narración, sólo actos, gritos, violencia, desamparo, pero Brian trabaja para él y puede escribirlo en su sueño.

Creo que la posibilidad de pensar sobre su sueño y dudar al narrarlo en la sesión sobre si su imaginación (que debe ser narrada) pudo haberlo transformado sacando al padre; y la presencia de una “maestra” o “señora”, me informa que encontró a alguien que le cree, y que era yo como su analista quien debía transmitirlo. Elige la sesión para que yo lo narre. Y, a partir del efecto que produce, cada uno pueda empezar a realizar la tarea que le corresponde. También le permite a Brian comenzar a ocuparse de ser un niño, de jugar y dormir y no de una tarea imposible.

Bibliografía

Pescetti, L. María. (2013). Nadie te creería (Primera edición en Editorial Santillana, S.A. de C.V). Editorial Santillana, S.A. de C.V.

Acerca del autor

Liliana Diament

Liliana Diament