NÚMERO 26 | Octubre 2022

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Libedinsky. Creatividad. Arte. Psicoanálisis. Caminos para la transformación | Viviana Garbulsky y Carina Rudistein

Visitamos la muestra «Casa tomada», primera exhibición retrospectiva de Gaspar Libedinsky. Compartimos nuestras impresiones sobre una exposición que impacta por lo visual e invita a jugar y a pensar en los procesos, cambios y transformaciones.

Visitamos la muestra «Casa tomada», la primera exhibición retrospectiva de Gaspar Libedinsky.

Nos dejamos impactar por la creatividad del artista y la belleza del Palacio Errázuriz Alvear, una residencia construida a principios del siglo XX y declarada Monumento Histórico Nacional en 1997.

Recorrer esta exposición nos hizo reflexionar sobre las transformaciones y el deseo. Una muestra que, a partir de objetos cotidianos, nos propone pensar en los orígenes, las identidades, las ambiciones, de qué manera se articulan el pasado y el presente atravesados por procesos sociales, políticos y culturales que van marcando la subjetividad de la época. 

Con una mirada crítica del impacto del hombre sobre la naturaleza, el artista nos invita a que nos interroguemos acerca de la fuerza de lo social y sus huellas. 

Los protagonistas de esta exposición son trapos, plumeros, escobillones, alfombras, objetos de limpieza de uso corriente, que suelen estar ocultos en los hogares. Por medio de ellos, se representan los procesos de cambio y transformaciones que atraviesan desde sus orígenes hasta su identidad actual, su uso, sus ambiciones y sus deseos. La muestra cuestiona este recorrido y nos hace pensar en el impacto de estos procesos sociales en la subjetividad. 

Algunas de las ideas rectoras del trabajo artístico de Gaspar Libedinsky son:

  • la transformación de lo ordinario en extraordinario;
  • la conversión de lo marginal en objeto de deseo;
  • la creación de lo nuevo a partir de la reorganización de lo existente;
  • la revelación del deseo intrínseco de los elementos por una vida más elevada;
  • el obstáculo como potencial.

«Casa tomada» ofrece una experiencia donde se conecta el adentro con el afuera, el pasado con el presente, lo estático con el movimiento. El estallido de color, los materiales utilizados, la simpleza de lo cotidiano entran en tensión con el espacio majestuoso y señorial del museo, poniendo en contraste y entrelazando opuestos que se provocan e interrogan.

El diálogo entre las obras artísticas y los objetos existentes establece puentes entre la vida hogareña, el presente del museo y el poder transformador del hombre. 

Utiliza materiales reciclados para la confección de su obra y pone en relieve la modificación de los desechos en objetos de deseo. La fuerza de la transformación colectiva, los movimientos sociales, las cooperativas laborales son parte del circuito de cambio. 

El trabajo colaborativo, los pactos y acuerdos sociales también se expresan en la exposición. La reformulación de la calesita de barrio por un carrusel movido por la fuerza del hombre pone de manifiesto el lugar de cada uno en la sociedad. El impacto de las propias decisiones en los otros da cuenta de que no somos sin el otro, somos seres sociales. 

El recorrido de la muestra representó una experiencia lúdica que nos atrapó por el impacto de lo visual y nos llevó a dar rienda suelta a los deseos. Nos invitó a jugar a que un trapo puede transformarse en una prenda de diseño, que un plumero puede volver a ser un avestruz, que una botella de plástico puede convertirse en un coral.  

Movimientos, transformaciones, objetos que están en constante cambio movidos por la fuerza del deseo y atravesados por la fuerza de lo social donde habitan. 

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