NÚMERO 31 | Mayo 2025

VER SUMARIO

Un armado entre dos, y a veces entre más | Victoria Sivori

“He cavilado mucho sobre este encuentro, que no he contado a nadie. 

Creo haber descubierto la clave. El encuentro fue real, 

pero el otro conversó conmigo en un sueño y fue así que pudo olvidarme;

 yo conversé con él en la vigilia y todavía me atormenta él encuentro”.

(Jorge Luis Borges 1975, “El Otro”)

Las invitaciones de los distintos seminarios a pensar las teorías relacionadas con la clínica nos llevan a reflexionar sobre nuestro recorrido. Nos proponen dialogar con nuestros analistas, supervisores y colegas, aquellos que nos han ofrecido intervenciones y señalamientos para entrar en un tiempo no cronológico, en un tiempo psíquico.

Al hablar de la experiencia analítica uno siempre queda corto, porque las palabras no alcanzan para narrar lo que ocurre en el interior de un consultorio, mucho menos para transmitir lo que se arma entre dos. Aprender a escucharse en principio en el propio análisis, permitirá escuchar a otro, suspender el saber teórico es un primer paso. 

Muchas veces partimos de la idea de que la teoría y la práctica forman una unidad, incluso cuando predomina un enfoque excesivamente teórico. Tomo la postura de Deleuze (1972-1990) respecto al vínculo entre teoría y práctica donde plantea que estamos ante mundos opuestos. En la teoría se intenta encontrar generalizaciones y en la práctica se busca y se encuentra la singularidad de quien tenemos delante. No se sintetizan. Poder encontrar la singularidad es parte del arte de la escucha psicoanalítica.

La revisión de casos clínicos con colegas nos debería llevar a hablar en voz propia. De modo que podamos apropiarnos de aquellas ideas que nos aportan un aprendizaje y también podamos encontrar la propia voz en la identificación de aquello que vayamos a descartar. 

Pensar una viñeta es una manera de elaborar aquello trabajado en consultorio y fuera de él. Poder pensar donde encontramos aquello leído en aquello oído y así poder enlazar esos dos mundos. Escribir como forma de elaborar angustias, ubicándonos en un lugar que no es par al del paciente, esto permite ordenar aquello de lo trabajado. ¿Será la necesidad de dar cierto orden? ¿Sera que por eso uno escribe sobre algunos pacientes y no todos? Somos testigos de una escena y tal vez escribir nos permite armar algo con eso, plasmarlo para otros, abriendo él dialogo con él paciente a nuevos diálogos. 

Alguna vez me compartieron la analogía entre la bailarina y el analista, uno la ve bailar y no ve todo el sacrificio y esfuerzo que hay detrás. Este trabajo, tan distinto a otros, con otra lógica, otro cansancio, otro tipo de encuentros, requiere que revisemos nuestro mundo interno, nuestros modos de pensar cristalizados entre otras cosas. 

Las preguntas por lo general son más ricas que las respuestas, son modos de ordenar la historia del paciente y buscarle el tinte singular. Historizar es la condición que tenemos para armar pregunta, son los primeros modos de ordenar la historia del mismo. De allí en más, buscaremos que el sujeto hable – asocie – y comience a preguntarse – se interrogue, dirigiéndose hacia su propia voz. 

Aquellos casos que me han resultado más difíciles de ordenar son aquellos que he llevado semanalmente a los seminarios, para tal vez ver “más amplio” o “más profundo” entre colegas un material.  Compartir, entramar, hacer lazo con otros que nos ofrecen en el compartir sus propios modos de ser y estar en el consultorio, que no es muy distinto de un modo de ser y estar en el mundo.  

Para que nuestra práctica produzca efectos es necesario recuperar la teoría siendo ese él momento oportuno para la escritura.  Escribir es “hacer bailar a las palabras” hasta que quizás nos lleven a esa idea que venimos gestando y con la que no terminamos de cruzarnos. La escritura finalmente nos muestra, plasmados, los resultados de una elaboración. 

“Los analistas tienen mucha razón al afirmar que no se trata de un oficio como cualquier otro: no se enseña, se transmite. Es tanto un arte como una ciencia y una manera de estar en él mundo”

(Anne Ancelin Schutzenberger 2016, Ay mis ancestros!)

 

Bibliografía

DELEUZE, G. (1972-1990) Conversaciones, Pre-texto, Valencia, 

Acerca del autor

María Victoria Sivori

María Victoria Sivori