Homenaje a Janine Puget

Homenaje a Janine Puget

 

Perdimos una amiga, una maestra, un referente.

Personalidades como ella no abundan.

Generosa con sus reflexiones que marcan épocas en nuestras lecturas psicoanalíticas.

Valiosa en su permanente empeño en no quedarnos con slogans y asumir la necesaria creatividad en la lectura de textos fundamentales.

Conocerla fue enriquecerse con su sabiduría, con su perspectiva de la vida.

En el año 2019, durante nuestro Congreso, fue nombrada «Socia Honoraria», nunca mejor utilizado el término: nos honraba con su pertenencia, con su permanente aceptación a nuestras invitaciones a mesas, simposios, presentaciones, con su batallar por los derechos humanos y tantas actividades más.

Con pena y agradecimiento por haberla conocido, despedimos a Janine Puget.

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ENTREVISTA A LA DOCTORA JANINE PUGET

CONVERSANDO CON PSICOANALISTAS: «Laberintos identificatorios: los vínculos y sus anudamientos»

DRA. JANINE PUGET

Entrevistador: MAG. OSVALDO MALTZ

Entrevista realizada el viernes 25 de octubre de 2019 en el marco del Congreso AEAPG: XII Congreso anual y XXXII Symposium: «Laberintos Identificatorios: Marcas y Movimientos»

24 / 25 / 26 de Octubre 2019, CABA, Argentina

 

 

El analista y el confinamiento

Área de Lecturas Lacanianas (Presentación en la mesa de intercambio de la Jornada de Interáreas de AEAPG, 2020)

 

El analista y el confinamiento

Lic. Andrea Vizio

En tiempos de pandemia, la vida se ha modificado para todos y nos ha conmovido. Cada quien, en su singularidad y circunstancia, ha sido afectado. Algo inédito nos atraviesa.

Quizás lo primero sea reconocer el cambio y la inexperiencia a la que nos vemos confrontados. Nuestra función, en tanto analistas, está siempre impregnada por contextos socioeconómicos y culturales. Sin embargo, algo del orden de una primera vez circula entre todos.

Nos indican que, para cuidar nuestra salud y la de otros, es necesario aislarse: esto implica separarse, tomar distancia, apartarse de los demás.

Como personas nos hemos visto obligados a modificaciones de nuestra vida imprevistamente. Comenzamos a extrañar, a añorar y a replantear y cambiar el lazo con nuestros afectos entre tantas otras cosas.

¿Con qué herramientas contamos para afrontar tanta nueva realidad, para elaborar tanta información, para tramitar nuestros miedos, incertidumbres, etc.?

La palabra nos rescata. Ella nos acerca, nos aproxima, hace lazo con los otros. Más que nunca necesitamos comunicarnos, eso no está prohibido, está habilitado y la palabra liga.

Este virus nos ha obligado a taparnos la boca, pero no nos ha cerrado la boca.

¿Qué tan lejos puede llegar nuestra palabra? ¿Cuánto puede acercarnos a aquellos de los cuales tuvimos que apartarnos? ¿Cuánto puede generar modificación subjetiva en este contexto, en quien demanda nuestra ayuda?

Nos hemos visto forzados de un día para el otro a modificar los encuadres analíticos y a trabajar con otros dispositivos.

El análisis personal nos permite transitar este difícil momento. No para superar los miedos y poder hacer una nueva y rápida adaptación a estos tiempos, sino para estar advertidos como sujetos de nuestras marcas y de todos los impactos que el aislamiento nos generó.

Es necesario aceptar que no es una tarea fácil.

En el seminario de la Ética, Lacan expresa: “Digo en alguna parte que el analista tiene que pagar algo para sostener su función. Paga con palabras, sus interpretaciones. Paga con su persona, en la medida que, por la transferencia, es literalmente desposeído de ella”.

La palabra y el juego transferencial, pero hoy en aislamiento.

¿A qué apelamos para poder ejercer nuestra función de analistas y ofrecer nuestra escucha a quien la necesita?

El trípode, el lazo con colegas y nuestra institución nos contienen. Esto ayuda a que sostengamos nuestra función con responsabilidad y compromiso ético.

Lacan define nuestra función y dice al respecto “El deseo de analista es el que en el último término opera en el análisis… Es una función esencial… Es precisamente el punto que solo es articulable por la relación del deseo con el deseo. Es un enigma, una X tendida, un vacío motorizante… Lugar que el analista debe ofrecer bacante al deseo del paciente para que se realice como Deseo del Otro”.

El deseo del analista no es el deseo de curar, de saber o de investigar. Es un deseo más fuerte, enigmático, sin raigambre pulsional, operador lógico en la dirección de la cura. El analista dirige la cura, no al paciente.

Por otro lado, Lacan conceptualiza a la contratransferencia como “la suma de los prejuicios, pasiones y las perplejidades del analista” y nos advierte de ella en el ejercicio de nuestra función.

Los analistas tenemos límites personales para ofrecer nuestra escucha e intervenir. Mas allá del impacto personal, estamos todos expuestos a trabajar a distancia en forma virtual o telefónica, modificación de pagos entre otras variables que nos generan cambio y novedad.

Creemos necesario, imprescindible compartir interrogantes, intercambiar vivencias y experiencias, pensar juntos para que el aislamiento y sus efectos no contamine nuestra función.

Bibliografía

Lacan, J. (1959/60). El Seminario de Jacques Lacan. Libro 7: La ética del psicoanálisis (pp. 347). Buenos Aires: Paidós.

Impacto subjetivo del confinamiento

Area Pensando desde Winnicott (Presentación en la mesa de intercambio de la Jornada de Interáreas de AEAPG, 2020)

 

Impacto subjetivo del confinamiento

 

Lic. Fabián Actis Caporale,

Lic. Marita Auruccio,

Lic. Nora Cassinelli,

Lic. Federico D´Onofrio.

En principio quisiéramos resaltar el valor de estos encuentros para compartir las diferentes perspectivas de las Áreas en un mundo actual complejo y conmocionante al que abordaremos centrándonos en la pandemia y en el confinamiento que atravesamos.

Algunos problemas

 De la experiencia clínica durante este tiempo, quisiéramos abordar algunas  dificultades con que la nueva situación nos confronta. Una de las que insiste es la de los padres y niños, su cotidianeidad y actividad escolar. En la prepandemia, los padres para desarrollar su trabajo, solían delegar en otros —abuelos, niñeras, tíos y escuela— gran parte de la cotidianeidad de sus hijos. Esta dinámica evidentemente cambió y las familias no cuentan ya con estos recursos. El cambio generó en algunos una oportunidad de mejorar la vinculación. Y en otros, cierta impulsividad que —lejos de establecer una pausa reflexiva para resolver las tensiones— incrementó la ansiedad y variados reclamos dirigidos, por ejemplo, hacia la escuela. También nos encontramos con que una frágil asimetría generacional dejó paso a la simetría entre padres e hijos. Simetría  relacional producto de la fragilidad yoica de los padres quienes, con  severas dificultades en el modo de acompañar a sus hijos, a veces tampoco logran la winnicottiana sobrevivencia a la agresividad de los mismos.

Asimismo, en los adultos, las nuevas condiciones laborales pueden redundar tanto en una sobrecarga como en situaciones de angustia por el riesgo de pérdida del trabajo.

También se ven alterados eventos tales como los nacimientos, fallecimientos y  ritos de duelo de los familiares. A esto se agrega la ralentización general que impacta en la urgencia vital de los adolescentes con el consiguiente acotamiento de su actividad exploratoria.

Muchos frentes y estos, desde luego, son sólo algunos. Y muchas, las incertidumbres.

¿Cuáles interrogantes nos pueden ayudar?

Inicialmente, se trata entonces de registrar el impacto anonadante de la pandemia. De lograr acceder a vivenciar la indefensión y el desamparo en que nos sume. E intentar que las tendencias a la reacción, winnicottianamente  entendida como falta de elaboración creativa frente a la “insultante” realidad, no ocupen el centro de la escena. Que los aspectos negadores y depresivos puedan lentamente ser conjurados mediante el sostenimiento terapéutico y el pensamiento. Se trata sobre todo de no minimizar la dimensión del problema con que nos enfrentamos. Por tanto, ¿cuáles son y serán los efectos subjetivos y sociales de la pandemia? Y, ¿cuáles son las diferentes situaciones afectivas, vitales y sociales en las que ella nos encuentra? ¿Cuáles los distintos posicionamientos para narrarla? ¿La podremos concebir como traumatismo y que, entonces —a pesar del daño— sea posible una restauración del orden previo? ¿O como acontecimiento que por tanto daría lugar a reglas y pautas nuevas? ¿O tal vez como una catástrofe que generaría sustracción del ser, sin dar lugar a lógicas nuevas que desarrollarían sólo un vacío representacional?

Ante la sorpresiva irrupción de un virus invisible y desconocido, ¿cuáles son los núcleos patológicos que un medioambiente —hostil en este punto— puede llegar a desencadenar? ¿Y de qué manera podremos rastrear antecedentes en los registros subjetivos e históricos que nos posibiliten iniciar la construcción de una historia significativa, un relato con cierta unidad? ¿Serán la poliomielitis y tal vez alguna época caracterizada por el terror de Estado algunas de las situaciones en las que el aislamiento campeó en nuestra sociedad? ¿Cuál es el lugar que ocupa la transmisión generacional ante estas? ¿La sensación de opresión y el condicionamiento extremo de los movimientos corporales y de los intercambios sociales ligados al contacto físico serán el precio a pagar por vivir en comunidades con cercanía corporal? ¿Y cómo considerar a las diferentes medidas de los gobiernos para enfrentar la pandemia? Tal vez puedan ser vivenciadas como arbitrarias y conllevar sentimientos de injusticia, impotencia y conducir a acciones de rebeldía riesgosas. Inversamente, si se vivencian como cuidado, ¿se podrán considerar como protección ante un peligro?

Sin duda debemos ser muy cuidadosos en su consideración porque se trata de situaciones  abarcativas, riesgosas, súbitas y extensas en el tiempo que ponen en juego nuestra supervivencia biológica y equilibrio psíquico.

Nuestra práctica y nuestra teoría

En la práctica analítica así como antes el paciente venía a nuestro consultorio, ahora nosotros llegamos hasta la propia intimidad de sus hogares, recurriendo a veces a la creatividad del paciente para poder tener la sesión. Reemplazamos nuestro consultorios por una construcción producto de la articulación de espacios físicos diversos —hogares, automóviles, la mediación de dispositivos electrónicos y plataformas con sus inestabilidades—. Por otro lado, desde el trabajo en el Área, contamos con las nociones y la práctica winnicottiana que nos amparan y constituyen nuestro equipaje analítico. En ese sentido consideramos que la noción de marco, en tanto encuadre internalizado, resulta valioso para esta travesía. El marco —basado en la disponibilidad y plasticidad del terapeuta— presentifica la ética analítica en tanto hacernos eco del sufrimiento de quienes nos consultan. Alude a que juntos —paciente y analista— habitemos un ámbito común en el que hacer experiencia. Experiencia en tanto tránsito por una situación de peligro que implica una búsqueda y una mutua transformación subjetiva. Experiencia en tanto logro a alcanzar, en tanto construcción psíquica de la presencia de una conflictividad interna que dé lugar a la creación de un “entre”. A un espacio de juego “entre” lo conocido y lo desconocido, “entre” el caos y el orden, “entre” aquel que nos consulta y aquellos que apostamos a la responsabilidad de dar continuidad a la travesía. Al hablar del marco, recordamos que no se trata solo del sillón, del diván y de los muros, sino del tono de voz, del gesto y la “presencia” que denota una mirada esperanzada. Rescatamos así el saber que aún contamos mediante la tecnología a distancia con aquello que puede ir dando paso a la creatividad y al deslizamiento metafórico en busca de la continuidad representacional y, por tanto, de la vida psíquica. Apostando —en aquellos casos que sea necesario— a sostener las regresiones que posibiliten posteriores integraciones. Y dejándonos guiar por nuestros pacientes, por las resonancias de sus vivencias en nuestro  inconsciente. Y también por las elaboraciones conjuntas en nuestros espacios institucionales que nos sostienen en los duros y a la vez placenteros avatares de nuestra práctica.

Impacto subjetivo del confinamiento

Área de Psicosomática (Presentación en la mesa de intercambio de la Jornada de Interáreas de AEAPG, 2020)

 

Impacto subjetivo del confinamiento

Coordinadoras:

Dra. Lydia Storti

Lic. Elsa Hecht

Consideramos al COVID-19 como un acontecimiento mundial que se inscribe en el dominio de la salud física y mental. Con profunda repercusión y alteración en el orden social y económico, a la vez que conmueve los cimientos de la subjetividad humana.

Pensamos que los efectos de este acontecimiento, sobre el cuerpo y en la subjetividad, dependerá de los recursos personales intra e interpersonales, de los lazos afectivos, los proyectos y de la situación laboral, como también el ciclo vital en el desencadenamiento o no de diversos trastornos.

La observación clínica, después de cuatro meses de cuarentena y confinamiento obligatorio, nos ha permitido observar, en los tratamientos en curso y en nuevas consultas, alteraciones en el equilibrio emocional, manifiestas en el incremento de ansiedades y angustias generalizadas, ataque de pánico, estados depresivos y activación de duelos no elaborados.

Al mismo tiempo, el desborde pulsional manifiesto en trastornos de la conducta alimentaria, en el mayor consumo de alcohol y de sustancias estimulantes. El agravamiento de disfuncionalidades. Gástricas-intestinales, respiratorias, dermatológicas y cardiológicas preexistentes y otras nuevas ocasionadas por ansiedades de carácter persecutorio a raíz del virus y sus manifestaciones sintomáticas.

Consideramos, como hipótesis presuntiva, el efecto de resquebrajamiento de las defensas habituales del sujeto y el desconcierto frente a esta situación y estado de incertidumbre. En estos tiempos escuchamos muchas veces: “Me duele todo el cuerpo”, “No puedo parar de comer”, “No puedo dormir”, “Me duele la panza”, “Recrudeció mi alergia”, “Tengo más acidez”, “Me caí de las escaleras”, “Me corte el dedo”.

El “cuerpo somático” parece convertirse en el escenario de lo que no puede ser nombrado de otra manera. Situación que nos lleva a preguntarnos si en estos momentos de desorganización de la realidad externa e interna, el cuerpo puede transformarse en una vía regresiva de facilitación para la expresión de angustia automática y de descarga masiva que alteran la economía libidinal de la organización del sujeto.

Se ha alterado nuestra vida y, con ello, las coordenadas de espacio y tiempo. Recordamos que en la mitología Griega se hablaba de tres tiempos: Cronos, Aion y Kairos. Hoy el tiempo cronológico del reloj se ha cambiado. El espacio público, laboral y social se ha trasladado al espacio familiar y ha provocado sensaciones de encierro y avasallamiento, al decir de un paciente, ”estamos bajo libertad condicional”.

Se ha desorganizado la rutina diaria, los hábitos y el tiempo de producción activa que han provocado sensaciones de locura y caída en un vacio profundo. En tanto, en otros sujetos, este tiempo de aislamiento obligatorio, es vivido como el tiempo de Kairos, marcado por momentos inspiradores en los que aparece la oportunidad de experimentar o mirar distinto su realidad subjetiva.

Nos planteamos qué permanece o cambia en esta situación nueva, en el marco de los tratamientos virtuales, de movilidad del encuadre —sesiones que transcurren en el coche, en la cama o en la terraza— ante la dificultad de encontrar un espacio íntimo en que no lo escuche la familia.

Hoy paciente y analista vivimos en mundos superpuestos, compartimos las mismas angustias y ansiedades. Situación que nos obliga a conservar la disociación instrumental, la abstinencia y neutralidad analítica, sostenida por nuestra escucha y el valor de la palabra. La actitud afectiva y comprensiva en transferencia nos ha de permitir contener las angustias y sufrimientos de cada paciente según su singularidad psíquica.

Pensamos que el espacio analítico de manera virtual o telefónica está garantizado, ya que existe una situación de encuentro generadora de una experiencia emocional mutativa, lugar de neo-génesis del sujeto, donde se propiciaran nuevas representaciones simbólicas que otorgan sentido a las angustias y ansiedades persecutorias de muerte. Nos preguntamos “cómo saldremos de esta situación y que mundo nos espera”. Frente al no saber, consideramos “apelar y acentuar el potencial resiliente de cada sujeto y favorecer los recursos personales, la capacidad de afrontar esta situación inédita que propician nuevas salidas sublimatorias y su proyección futura.

Bibliografía

D’Alvia R. (2002). Ida y Vuelta. La Psicoanálisis Psicosomática. Dunken. 2002

Freud, S. (1895): Proyecto de psicología para neurólogos en Obras completas: Sigmund Freud, Tomo.I. Buenos Aires. Argentina. Ed. Amorrortu

————(1914) Introducción del narcisismo en Obras Completas: Sigmund Freud. Tomo XIVI,. Buenos Aires. Argentina. Ed. Amorrortu

————(1923) El Yo y el Ello en Obras Completas: Sigmund Freud :Tomo XIX, Buenos Aires, Argentina. Ed. Amorrortu

Marty. (1995). La Psicosomática del adulto. Buenos Aires. Argentina. Ed. Amorrortu.

Storti. L. y otros. (1919). La Psicosomática Psicoanalítica- Teoría- Clínica- Técnica. Buenos Aires. Argentina. Ed. Letras Viva.

Zukerfeld, R y Zukerfeld Zonis,R (1999): Psicoanálisis Tercera tópica y vulnerabilidad somática . Buenos Aires. Argentina. Editorial Lugar. 1999

 ——(2005) Procesos Terciarios.Buenos Aires. Argentina. Editorial Lugar.

Adultos Mayores en época del COVID-19

Área de mediana edad y adultos mayores (Presentación en la mesa de intercambio de la Jornada de Interáreas de AEAPG, 2020)

 

Adultos Mayores en època de COVID-19

Lic. Stella Maris Grisolía

Nos dice Alisa del Re, (politóloga y feminista italiana) un primero de mayo de este año.

Hasta el 21 de febrero de 2020 era una “joven diversa”, podía proyectar el futuro, viajar, era normal que cuidara mi aspecto, nadaba regularmente en verano y en invierno, bailaba tango argentino….

E imprevistamente, de un día para el otro, terminé en una zona de sombras: he devenido una anciana en riesgo. No puedo salir de casa, si salgo corro el riesgo de infectarme, y por lo tanto de morir”….”Antes de devenir anciana, las fronteras existían solo para ser superadas, la medida era la fatiga del viaje, pero no había fronteras. Hoy las fronteras son las paredes de mi casa….. (Página12)

Y que nos sucedió a nosotros: desde el 20-3 nos guardamos, familiares y voluntarios nos empezaron a traer medicamentos y comidas. Nos hablaron de “arreglar” cajones…y si nos gusta tener todo desarreglado, ¿cuál es el problema? Hubo un decreto que nos indicaba que previo a salir teníamos que pedir permiso, pero este fue “rápidamente” declarado inconstitucional. En otros puntos del planeta, sucedieron reacciones similares. Bueno después nos contagiamos… tanto hablar del tema… y nos mostraron como abuelitos desvencijados en cada noticiero. Primero, no todos somos abuelitos, y ¿era preciso visibilizarnos así?

Sabemos que el coronavirus es altamente contagioso y es la población de mayor edad la más damnificada por este virus, estamos aprendiendo a cuidarnos. Hace ya tiempo hubo otro virus que atacaba a los niños, la polio, y fueron todos los adultos a pintar árboles y paredes. Hoy nos toca lidiar con esto.

 Continuo con lo actual, algunas crónicas (Infobae 2-6-20) nos decían que “si bien el aislamiento puede proteger a las personas mayores de contraer la enfermedad, los está exponiendo a otro desafío menos comprendido: la soledad. Es verdad, no es lo mismo un abrazo tierno y pasional a enfrentarnos con la pantalla de la compu… aunque hayamos ampliado nuestros conocimientos tecnológicos. ¡¡¡No es lo mismo!!!

Otras versiones hablaron, por ejemplo, en Página12 el 6-6-20, describen una encuesta realizada por la cátedra de Tercera Edad y Vejez de Psicología de la UBA encabezada por el Dr. Ricardo Iacub. Esta arroja como resultado que “los viejos resisten mejor a las malas situaciones”…, por ejemplo, “una cantidad importante no aumentó sus horas de sueño, ni pasa más tiempo acostado. Una buena parte sintió cambios moderados en cuanto a la ansiedad, pero son muy pocos los que sienten miedo a la muerte, y casi nadie se siente más irritable en este contexto”. ¡Qué tal! (fueron entrevistadas 812 personas).

¿Cómo iremos llevando el día a día de aquí en más? No lo sabemos, ¿nos contagiaremos? Tampoco lo sabemos, ¿crearán una vacuna? Posiblemente. ¿Cuándo estará? No lo sabemos. Argentina ha sido elegida para probar la vacuna del coronavirus. ¡¡¡Buena Señal!!!

Tendremos que navegar en lo no conocido… como lo hicimos en tantísimas oportunidades. Cada vez somos más, pese a la pandemia, y podemos bajar los brazos o continuar nuestra resistencia. Elijamos en la medida que podamos.

La Convención Interamericana nos garantizó la autonomía y, dejó de lado la mirada asistencialista (tenemos derecho a decidir) y no es poca cosa. Además contamos con recursos. Podemos continuar los prejuicios “viejistas”, todas aquellas representaciones sociales negativas acerca de nosotros, o contactarnos con nuestras vivencias que son muy otras. Tenemos la memoria y la aprovecharemos… por supuesto, como lo dice un profesor de la Universidad de Lanús, Claudio Oroza, en el título de su libro llamado Antes que me olvide.

 Tenemos, como lo decía Ingmar Bergman: “Envejecer es como escalar una gran montaña, mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista es más amplia y serena”.

Bibliografía

Beccacece Hugo. (13 de abril de 2020) Los “abuelos” son seres entre comillas. La Nación Recuperado el 13 de abril de 2020 de https://www.lanacion.com.ar/

opinion/miradas/los-abuelos-son-seres-entre-comillas-nid2353458

Corradini Luisa. (19 de abril de 2020) La Idea de un confinamiento obligatorio de adultos mayores enciende una pólemica Global . La Nación recuperado el 19 de abril de 2020 https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/la-idea-de-un-confinamiento-obligatorio-de-adultos-mayores-enciende-una-polemica-global-nid2355700

Derechos de la Vejez. Entrevista realizada en “Mirta te acompaña” a la Dra Isolina Dabove el 16 de octubre de 2019 Youtube Programa de Mirta Tundis y Dr. Jauregui .recuperado el 16 de octubre de 2019 https://www.youtube.com/watch?v=i0jr0O_4fF0

Infobae (24 de abril de 2020) Coronavirus en la Argentina: murió una paciente del geriátrico de Belgrano que fue clausurado. Infobae

Recuperado el 24 de abril de 2020
https://www.infobae.com/sociedad/2020/04/24/

coronavirus-en-la-argentina-murio-una-paciente

-del-geriatrico-de-belgrano-que-fue-clausurado/

Infobae.(2 de junio de 2020) Cómo la pandemia de coronavirus alimenta la epidemia de la soledad en adultos mayores. Infobae recuperado 12 de junio de 2020 https://www.infobae.com/coronavirus

/2020/04/24/como-la-pandemia-de-coronavirus-

alimenta-la-epidemia-de-la-soledad-en-adultos-mayores/

Infobae. ( 10 de julio de 2020) La vacuna contra el Covid 19 que se probará en Argentina es de muy fácil producción a futuro. infobae recuperado el 10 de julio de 2020 rhttps://www.infobae.com/salud/2020/07/

10/experiencia-cientifica-y-capacidades-operativas-el-

comunicado-de-pfizer-sobre-las-razones-por-las-que-se-

elegio-a-la-argentina-para-probar-la-vacuna-contra-el-covid-19/

Página 12 (21 de abril de 2020) Declaran Inconstitucional la restricción para los mayores de 70: R. Larreta en problemas. Página 12 recuperado el 21 de abril de 2020 https://www.pagina12.com.ar/261075-declaran-inconstitucional-la-restriccion-para-los-mayores-de

Ranzani Oscar (6 de junio de 2020) Una encuesta derriba mitos y prejuicios sobre los adultos mayores. “Los viejos resisten mejor a las malas situaciones” Página 12 recuperado el 6 de junio de 2020 https://www.pagina12.com.ar/270570-coronavirus-los-viejos-resisten-mejor-a-las-malas-situacione